En el camino del crecimiento personal, pocos conceptos son tan cruciales—y malinterpretados—como el ego. Desde la psicología transpersonal, el ego no es un enemigo a destruir, sino una estructura psíquica que debemos comprender y trascender para acceder a estados superiores de conciencia.
¿Qué es el Ego en la Visión Transpersonal?
El ego, en esta perspectiva, es la máscara que construimos para interactuar con el mundo material. Nos da identidad, pero también limita nuestra percepción al identificarnos exclusivamente con el cuerpo, las emociones reactivas y los roles sociales. La psicología transpersonal (inspirada en Jung, Maslow y tradiciones contemplativas) propone que el verdadero «Yo» es más amplio: una esencia conectada con lo colectivo, lo espiritual y lo universal.
Claves para el Control del Ego
Autobservación sin Juicio Practicar la atención plena (mindfulness) permite detectar cuándo el ego actúa desde el miedo, la comparación o el apego. Preguntas útiles: «¿Esta reacción surge de mi esencia o de mi necesidad de validación?».
Técnicas de desidentificación como la meditación o el self-inquiry advaita («¿Quién soy yo?») ayudan a disolver la identificación con pensamientos y emociones. Recordemos: «Tengo un cuerpo, pero no soy mi cuerpo; tengo emociones, pero no soy mis emociones».
Servicio y Conexión: El ego se debilita cuando actuamos desde el servicio desinteresado (karma yoga). Al enfocarnos en el bien común, trascendemos la ilusión de separación.
Integración de Sombras: Según Carl Jung, el ego rechaza aspectos de nosotros mismos que considera «inaceptables«. Trabajar estas sombras (mediante terapia o diario) evita que el ego las proyecte en otros.
La Meta: Un ego flexible y al servicio del alma
Controlar el ego no implica aniquilarlo, sino convertirlo en un aliado consciente. Como decía Ken Wilber: «El ego saludable es un buen sirviente, pero un pésimo amo». Cuando el ego deja de dominar, emergen cualidades transpersonales: compasión espontánea, creatividad no condicionada y una profunda paz interior.
Reflexión Final El viaje transpersonal invita a mirar más allá del pequeño «yo» para descubrir que, en esencia, somos tanto la ola como el océano. ¿Qué pasaría si hoy eligieras actuar desde ese espacio ampliado de conciencia?
Avelino MG. Psicólogo en Alicante.